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miércoles, 19 de enero de 2011

Procesionaria del pino

Todos hemos visto esos bolsones algodonosos que proliferan en los pinos y que tanto malestar nos produce ver. Se trata de la Procesionaria del pino o Thaumetopoea Pityocampa, un lepidóptero que pone los huevos en las acículas de los pinos allá por junio, cuando su estado es de mariposa. Una vez que nacen los gusanos comienzan a tejer las características bolsas que le sirven de cobijo y desde las cuales salen para alimentarse de las acículas. A principios de primavera, los gusanos bajan al suelo en "procesión o fila india", de ahí su nombre, para enterrarse en el suelo y crisalidar, para emerger más tarde en estado de mariposa y comenzar de nuevo el ciclo.
Todos tenemos la tentación de arrancarlas, y si lo hacemos debemos procurar no arrancar una rama leñosa del arbol, ya que en las coníferas, las ramas podadas no vuelven a brotar, y seguramente produciremos una herida en el pino que podrá facilitar el ataque de plagas o enfermedades más graves que la procesionaria, que raramente lo destruye.  Así lo haremos procurando arrancar solamente el grupo de acículas sobre las cuales se encuentra el bolsón, con cuidado ya que sueltan pelos urticantes. La excesiva proliferación de esta plaga se debe a la desaparición progresiva de las aves insectívoras, que ayudan a mantener el equilibrio, pero ya se sabe, en la naturaleza no podemos romper ningún eslavón, ya que todos ellos, por pequeños que sean tienen una función imprescindible.

Sierra del Cid




verde era mi valle

Tras unos dias entre paredes de hospital, el pasado lunes no pude aguantar más y decidí subir al Cid para comer tranquilamente en su cumbre y realizar la ruta circular que tanto me gusta hacer. Poco tengo que enseñar yo sobre el Cid, una cumbre tan emblemática y querida por todo montañero de la zona, pero a título personal sí  reconozco que es la montaña que mejor me "aisla" de cualquier problema cotidiano. Cuando llego a la carbonera, muy cerca ya de la cumbre, me giro para ver la ciudad allá abajo y la visualizo pensando que ese entramado de edificios y calles no es más que la raíz de tantos males, pero ahora estoy aquí arriba, y me importan bien poco. Lo único que me entristece y enfurece a la vez es como un puñado de ... se dedican a hacer atajos y a romper la bonita senda centenaria de la que poco queda ya. Nunca lo entenderé porque si sales al monte para que haces atajos? para llegar antes? te sientes mejor? En fin, no podemos ponerle puertas al campo, pero si podemos quererlo más y tratarlo mejor. Un saludo a todos.






senda del contador